En el cuerpo humano se suceden numerosas funciones de manera cíclica. Para ejemplo de estas formas de proceder tenemos los ritmos biológicos más elementales y bien conocidos, como son el latir del corazón o la respiración.
También existen otros muchos procesos internos de los que no somos tan conscientes, pero que de forma rítmica, en ciclos regulares, afectan a nuestras capacidades y actitudes.
Entre una multitud de ciclos internos que los científicos han descubierto, parece ser que existen tres ciclos especiales que influyen en el rendimiento personal, al igual que el horóscopo, afectando a nuestras capacidades de forma periódica muy precisa:
El ciclo Físico: de 23 días, que afecta a las respuestas físicas.
El ciclo Emocional: de 28 días, que altera los estados emocionales.
El ciclo Mental: de 33 días, que influye en la actividad intelectual.
Todos los ciclos se dividen en dos fases:
1.- Fase alta o positiva, con una mayor capacidad de rendimiento.
2.- Fase baja o negativa, en la que el rendimiento personal puede disminuir bastante.
En este gráfico de ejemplo podemos observar la evolución de los ciclos en un corto periodo de cinco días. Los colores rojo, azul y verde se relacionan normalmente con los ciclos Físico, Emocional y Mental, respectivamente.
Veríamos aquí a una persona con un ciclo físico que le empieza a subir, un estado emocional alto y un estado mental bueno, pero que decaerá en los próximos días.
Conocer nuestros biorritmos es conocernos mejor y tener la opción de orientar más acertadamente nuestras energías y capacidades personales.
¿Qué son los biorritmos?
Los biorritmos son alteraciones bioquímicas que se producen en el cuerpo humano y que conllevan, en mayor o menor medida, alteraciones en nuestras capacidades y comportamientos personales.
En el ser humano se generan biorritmos, ciclos biológicos, de múltiples duraciones e influencias. Los hay que duran segundos, minutos o días.
Como ejemplo de los más elementales tenemos la respiración (inspiración / expiración), el ritmo cardiaco (sístole / diástole), la alternancia del sueño y la vigilia, o la menstruación.
Parte de estas alteraciones se relacionan con procesos hormonales periódicos, en etapas de acción o inhibición de la producción de elementos químicos que suponen estímulos para otros procesos internos imperceptibles, en unos casos, así como para la actividad física, mental o el estado emocional conscientes, en otros.
Algunos de los ciclos, como por ejemplo el de la menstruación, son de duraciones imprecisas e incluso susceptibles, muchas veces, de influencias externas que modifican alguna de las fases. Pero, según algunas investigaciones y estadísticas, existen otros de muy puntual duración y ajenos a interferencias externas.
Dentro de este tipo de biorritmos parece que se encuentran tres ciclos que afectarían a la actividad física, a los estados emocionales y al rendimiento intelectual. Además, lo interesante de estos ciclos es su larga duración (23, 28, y 33 días, respectivamente), por lo que facilitan el cálculo y previsión de sus evoluciones futuras.
Esto nos permite un amplio margen para su observación y una relativa facilidad para realizar esquemas de los ciclos de nuestro pasado, presente o futuro.
¿Cuáles son los ciclos del biorritmo?
Estos biorritmos, partiendo de la fecha del nacimiento, se suceden ininterrumpidamente en ciclos regulares de dos fases; la fase primera, con un alto estado de energía, y la fase segunda o baja, que en realidad es un periodo de recuperación. En líneas generales, estos tres ciclos pueden resumirse así:
El ciclo Físico
23 días, 11,5 altos o positivos y 11,5 días bajos o negativos.
Afecta al estado físico general, los esfuerzos musculares, los reflejos y la resistencia física.
El ciclo Emocional
28 días, 14 altos o positivos y 14 días bajos o negativos.
Influye en el estado de ánimo general, las relaciones personales y las facultades intuitivas y creativas.
Los días de cambio de este ciclo siempre coinciden con el día semanal del nacimiento (lunes/domingo)
El ciclo Mental
33 días, 16,5 altos o positivos y 16,5 días bajos o negativos.
Influye en el rendimiento intelectual: la memoria, el razonamiento y la capacidad de concentración.
Días críticos
Los días de cambio de fase, tanto si es de fase alta a la baja como de la fase baja a la fase alta, son días especialmente críticos.
Se trata de días en los que el organismo, en uno u otro sentido, inicia un proceso de reajustes internos con la nueva etapa. Se caracterizan por ligeros desequilibrios físicos y alteraciones mentales con cierta propensión a estados de confusión y distracciones.
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